Hace un año que vine a poblar esta casa. Todo se ha ido conformando despacio. Se fueron llenando de muebles las habitaciones, de cubiertos y platos la cocina y de plantas el jardín.
No quise, esta vez no, volver a responsabilizarme de un perro y no me arrepiento, bastante tengo con cuidar de mi mismo.
He conseguido sentirme feliz, a pesar de las torturas y los acosos de los miserables.
Enciendo la estufa que me calienta las noches y espero con amor el amor.
Cuando llega siempre es una sorpresa, ladran los perros y la noche es tranquila.
Sin pensarlo se coló IKEA en mi vida y me ayudó a organizar mi nueva república, esta vez sin dictadora.
Y por reyes sofá nuevo... lo peor montarlo... bricolaje obligatorio,todo sea por la pasta.

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